¿Somos libres?

Cuando nos hablan de la libertad muchas veces pensamos en conceptos que nos ayudan a rellenar el significado de ser libre, por ejemplo: responsabilidad, actuar voluntariamente, madurez, etc. Sabemos que es lo opuesto del libertinaje, a la guerra, a la esclavitud; pero ¿qué es la libertad realmente? No ideas, ni concepto, sino ¿cómo vivirla?, ¿cómo saber que somos libres?

Para responder esto debemos meternos en el tema antropológico, en donde el hombre tiene inteligencia y voluntad, esto quiere decir que actuamos porque primero debemos saber lo que hacemos. Quien actúa por actuar sin saber lo que hace se vuelve ridícula su acción, ya que cuando hacemos algo debemos saber lo que estamos haciendo y damos razones de por qué lo hacemos. No podemos actuar porque sí, sino por un fundamento.

Las cosas las hacemos no porque sabemos que son buenas o malas, sino todos actuaríamos igual, sino que es porque las queremos hacer. Es ahí en donde podemos elegir un bien dentro de muchos y tal vez no es el adecuado.  No por eso perdemos todo lo que somos, sino que siempre se puede recapacitar y volver a comenzar. Si no queremos hacer algo no hay forma alguna ni razón que pueda movernos de cambiar una idea, es por eso que la inteligencia necesita a la voluntad para actuar libremente así como la voluntad necesita de la inteligencia para actuar correctamente.

La inteligencia y la voluntad juntas nos permiten actuar de la mejor manera posible, o al menos eso creemos. No actuamos sabiendo que nos va a causar daño y miseria, sino que todos actuamos cara a lo que pensamos que es bueno. La diferencia es que cuando sabemos que es lo bueno y lo malo, sabemos distinguirlos para que lo que escojamos no solo me beneficie a mí, sino a todos junto conmigo. De eso se trata la libertad de conocer las cosas como son, y no como me parecen, porque todo tiene un fin, un propósito a cumplir. Ahí es en donde somos libres porque nos fijamos en todo lo que está a nuestro alrededor y le sacamos «jugo» a lo que hacemos.

La misma naturaleza nos limita, nuestro cuerpo, por ejemplo: queremos volar pero no podemos por más que queramos, entonces ¿no somos libres? Si quieres algo que no te pertenece lo que hacemos es encadenarnos a deseos, que vienen y van, entones no podemos ser contantes. La inteligencia nos permite conocer las cosas y sus funciones para hacer uso de ellas lo mejor posible y la voluntad para querer sacar provecho a los objetos que tenemos.

En esto consiste la libertad en saber por qué actuamos y conociendo nuestro entorno quererlo para poder ser libres y no limitarnos a caprichos y sentimientos fugaces. El conocimiento es poder y el quererlo es libertad. Entre más conocemos nuestra realidad más libres somos al actuar ya que no hay obstáculo que nos detenga.

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