
Sócrates: Zapatero a tus zapatos
En la vida tomamos una decisión al escoger nuestra carrera de estudios para especializarnos en un aspecto de nuestra vida, es decir que nos formamos para estudiar y vivir la vida científica desde una ciencia: matemáticas, física, química, filosofía, pedagogía, etc. Muchas de estas ciencias puras se aplican en diferentes áreas: salud, empresariales, humanistas, ingenierías, etc.
El mundo se enriquece por todas estas visiones y estudios, por lo que pretender que se puede aplicar cualquier ciencia en cualquier ámbito sería una reducción bastante grande debido a que no se puede saber todo de todo, cada uno se especializa y aporta al todo.
Sócrates cuando hablaba con su discípulo busca demostrarle cómo el mundo no puede ser reducido a unos cuantos conocimientos, sino que depende de que cada uno haga su parte para poder avanzar, y es así como avanza la ciencia y el hombre. Incluso quienes saben de todo un poco, no se podría decir que son capaces de aplicar todo lo que saben en todo. Es decir, que por haber leído un libro de matemáticas no me hace ser actuario ni contador, tampoco saber de medicina me hace ser médico, psiquiatra o enfermero.
«Fed —: Pienso que dirían que el hombre estaba loco y que, por saberlo de oídas de algún libro, o por haber tenido que ver casualmente con algunas medicinas, cree que se ha hecho médico, sin saber nada de ese arte.
Sóc* — ¿Y qué pasaría si acercándose a Sófocles y a Eurípides, alguien les dijese que sobre asuntos menores sabe hacer largas palabras, y acortarlas sobre asuntos grandes; luctuosas si le apetece, o, a veces, por el contrario, aterradoras y amenazadoras y cosas por el estilo, y que, además, por enseñar todo esto, se pensara que estaba haciendo poemas trágicos?
Fed, — Pienso que ellos se reirían de quien cree que la tragedia es otra cosa que la combinación de estos elementos, que se adecúan entre sí, y que combinan también con el todo.
Sóc* — Pero, de todas formas, opino que no le harían reproches demasiado ásperos, sino que, como un músico que hallase en su camino a un hombre, que se cree entendido en armonía porque se encuentra con que sabe cómo hacer que una cuerda suene aguda o grave, no le diría agriamente: «¡Oh desdichado, estas negro de bilis!», sino que al ser músico le dirá en tono más suave: «Buen hombre, cierto que el que quiere saber de armonía precisa de eso; pero ello no impide que quien se encuentre en tu situación no entienda lo más mínimo de armonía» Porque tienes los conocimientos previos y necesarios de la armonía; pero no, los que tienen que ver con la armonía misma.»
Fed. — Muy exacto» en verdad.»
Sería muy ridículo querer corregir o indicarle a un experto cómo hacer su trabajo, solo porque se tienen algunos conocimientos de la ciencia sin practicarla. No podríamos avanzar si todos queremos hacer o llamarnos especialistas en algo sin tener la práctica y la experiencia de lo que hablamos. En teoría todo puede sonar muy bien, pero sin la práctica no podemos aprender de la vida.
«Sóc. — Cuanto de grande hay en todas las artes que lo son, requiere garrulería y meteorología acerca de la naturaleza. Parece, en efecto, que la altura del pensamiento y la perfección de aquello que llevan a cabo» les viene precisamente de ahí… En ambas conviene precisar la naturaleza, en un caso la del cuerpo, en otro la del alma, si es que pretendes, no sólo por la rutina y la experiencia sino por arte, dar al uno la medicación y el alimento que le trae salud y le bace fuerte, al otro palabras y prácticas de conducta, que acabarán transmitiéndole la convicción y la excelencia que quieras.»
Por tratar lo mismo diferentes ciencias, no podríamos decir que se confunden, porque cada ciencia tiene su enfoque, y gracias a esa perspectiva se puede controbuir al conocimiento general del todo. Sócrates propone 3 puntos básicos para poder decirnos expertos en algo:
- Si es simple o presenta muchos aspectos aquello sobre lo que queremos ser técnicos nosotros mismos, y hacer que otros puedan serlo
- Saber que a través de qué actúa y sobre qué* y qué es lo que padece y por efecto de quién.
- Después de haber establecido los géneros, adaptando cada uno a cada una, y enseñando qué es la cosa, saber por qué pasa una cosa y por qué todo lo contrario.
- Cuando esté, pues, en posesión de todo esto, y sabiendo de la oportunidad de decir algo en tal momento, o de callárselo, del hablar breve o del provocar lástima, y de las ampulosidades y de tantas cuantas formas de discurso aprendiera, y sabiendo en qué momentos conviene o no conviene aplicarlos, entonces es cuando ha llegado a la belleza y perfección en la posesión del arte, mas no antes.
Cada ciencia tiene su propio conocimiento de las cosas y su aplicación, se conoce porqué sirve cada cosa y cuándo funciona aplicar dichos conocimientos, es decir se vive de acuerdo a la especialización, de tal manera que se sabe aplicar o no, y si funciona o no hacerlo y en qué momento. En cambio, quien solo sabe un aspecto de un tema busca que se aplique en todo, y ahí es cuando es necesario reconocer: «zapatero a sus zapatos».
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