
Enfrentemos el problema
Piensa en algún problema que tengas en este momento acerca del cual todavía no hayas hecho nada.
Ahora piensa en algún otro problema del que realmente te estés «ocupando». ¿Qué es lo importante de ese problema? ¿Qué te dice eso acerca de tus criterios para ocuparte de un asunto.
Cada vez que tengas que tomar alguna decisión pregúntate: « ¿Me conducirá eso a más felicidad o a menos? »
- Cada cual tiene los recursos que necesita o puede adquirirlos. El coach trata siempre a su cliente como si tuviese todos los recursos que necesita. No es el coach quien tiene la respuesta, sino el cliente. El coach le hace ver a su cliente la situación en la que se encuentra, trabaja con él sobre sus objetivos y sus valores, le señala dónde puede hacer cambios, lucha con los hábitos que le impiden avanzar y le apoya en los cambios que hace.
- En cualquier situación cada cual toma la mejor opción que puede. Ahora mismo todos estamos haciendo las cosas lo mejor que podemos. Cuando sabemos más y percibimos más opciones, la parte mejor de nosotros nos hace avanzar hacia donde queremos ir. A menudo somos como el corredor que se esfuerza y corre bien, sólo que en la pista equivocada. Corremos perfectamente, pero en una dirección errónea.
El comportamiento humano está dotado de propósito. Todos nos movemos por objetivos y valores: lo que queremos y por qué lo queremos. Eso es lo que conduce al cambio.
Si quieres comprender ¡actúa! Esta es la última y tal vez la presuposición más importante, ya que, sin ella, todo lo demás no son más que bonitas ideas. Muchas personas comprenden por qué están atascadas, pero sin acción no pueden comprender cómo cambiar.
Una ayuda que no se pone en práctica es inútil, estéril al no dar fruto. Cuando pidas ayuda busca poner manos a la obra, sino nunca sabrás si funcionó. Diógenes decía que antes de cada acción «pregúntate si esto te llevará a tu fin», ser feliz.
Deja una respuesta