
El virus de la mentira
Durante la Segunda Guerra Mundial, surgieron iniciativas en las que la libertad de las personas se destruían por el beneficio del gobierno, el individuo no valía si no era para el beneficio de la mayoría, para lograrlo era capacitar o entrenar a personas que crearan problemas sociales por el bien de la mayoría, violencia ante la historia para mostrar la deficiencia de sus métodos, insultos frente a las cabezas que gobiernan, siendo siempre insatisfechos a las soluciones que se dan y en esa búsqueda por derechos destruir la dignidad de las personas al usarlas como propaganda de lo que «defienden», modificar los hechos y anunciar otra información, es decir, se dedican a divulgar la mentira.
Actualmente nos enorgullecemos de el acceso a la verdad, la comunicación nos ha facilitado enterarnos de todo lo que pasa, tenemos la información en la palma de nuestra mano, pero ante tanta información que nos rodea, es casi imposible estar enterado de todo, ya que la la información que nos llega es contradictoria, es falsa o simplemente impositiva, ¿nos están mintiendo?
Alexander Solzhenitsyn era un escritor ruso bajo el régimen comunista, su situación era sobrevivir ante un sistema soviético, sin embargo, hoy día nos podremos encontrar con ideologías que mienten en las noticias, en las películas, en las series de televisión, en los salones de clase, en la publicidad, en los demás. La mentira no puede permitir que pensemos por nosotros mismos, quiere que sigamos lo que promueve.
«La mentira necesita de un huésped, un cuerpo para sobrevivir, una vez que muere el huésped o persona, la mentira muere sola. Negar a decir lo que no pensamos.»
Al no repetir la mentira somos libres y hacemos que la mentira no tome fuerza, decir lo que se piensa es el principio de nuestra libertad. Para lograrlo es necesario tener un compromiso fuerte ante la verdad, ante los hechos sin necesidad de imposiciones, de lo que debe ser correcto y de cómo pensar, no estaremos en un regimen totalitario, pero si busca imponerse sobre la dignidad humana y nuestra propia libertad de pensamiento y expresión.
Tal vez quedaremos solos, sin «amigos», pueden rechazarnos en varios lugares, incluso perder nuestro empleo, pero al menos seremos libres de pensar como queremos, y de vivir como deseamos, sin prejuicios, ni paradigmas establecidos por otros, sino por mi propia razón y la realidad.
«Cada uno, en su intimidad debe realizar una elección: o seguir siendo siervo de la mentira voluntariamente o despreciar la mentira y volverse un hombre honesto y digno de respeto.»
Vivir de acuerdo a la verdad implica valor, ya que se trata de detenerse y voltear a ver la realidad como es, sin subtítulos, sin ideas preconcebidas, sino solo tomarse el tiempo para disfrutar lo que hay. Aceptar las cosas como son puede representar un peligro para cada uno de nosotros socialmente, decir las cosas como son sin malos modos, con verdad y con cariño. Salir de la manada es dejar la comodidad del aprecio de los demás por vivir en la mentira, la cual no acepta quienes somos, sino de pertenecer a la masa. La verdad nos permite ser nosotros y vivir con la realidad que es mucho mas enriquecedora que solo buscar un aprecio por conveniencia.
«No será una decisión fácil para el cuerpo, pero sí lo es para el alma. No, no es un camino fácil, pero ya existen muchísimas personas que durante años han mantenido estos principios y viven por la verdad.» Alexander Solzhenitsyn
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