La vida después del fin del mundo

Primer día de guerra en Ucrania fue muy raro. Como siempre me levanté, duché y revisé el Instagram. Aquí vi muchas informaciones sobre guerra. En INSTAGRAM – ¿En que mundo
vivimos?
En mi universidad todos estaban preocupados. Estudiantes tenían miedo, no sabían que significa todo esto. Nuestro profesor nos dijo que no podemos olvidar de ser buenos, porque solo eso nos puede salvar. Al mismo tiempo todo fue…como siempre. Nada se cambió. Ese día había sido más raro en toda mi vida – cuando para un ucraniano es el fin del su mundo, y tu tienes que hacer los deberes, comer algo y volver a casa, tienes la impresión de que todo es una broma. No ves bombas pero sabes que alguien 200 kilómetros de tu casa muere por una. No sabes que hacer, nadie te ha preparado a eso. ¿Cómo comportarse? ¿Qué sentir?
En toda Polonia, en solo un día faltó toda la gasolina. La gente compró toda por miedo de crisis económico. En una semana un amigo de mis padres casi perdió su empresa con 500 autobuses porque la gasolina fue tan cara.
Mi hermano tiene 10 años. Después de las clases quería ver las noticias. Niños sienten que ese día amenaza algo malo, pero no lo entienden. El escuchando sobre guerra solo pensaba en la grandeza del ejercito. No pensaba en la muerte. No pensaba en los millones de ucranianos que huían. Mis padres no sabían cómo responder a todas sus preguntas. ¿Cómo explicar a un niño el temor?
Volvía a casa. Estaba hecho polvo. Por última vez viajaba sin ver la gente en el suelo en la estación de trenes. Hasta ahora a Polonia han llegado 1,5 millones de ucranianos. Esperando a encontrar un piso todas familias, con niños vivían en la estación.
Sentaba con mi padre en silencio y en algún momento el dijo „No lo puedo creer. Toda la vida trabajas para tener algo tuyo, y en un día lo perdis todo y tienes que empezar de nuevo.”
Mi madre trabaja en una agencia inmobiliaria. En un día los ucranianos empezaron a llamar para alquilar los pisos. Contestaba 350 comunicaciones al día. Podía solo decirles una cosa – Lo siento, llegaron tantas familias que no hay más pisos.
Cuando me acostaba pensé que no aprendimos nada de los errores de la Segunda Guerra Mundial. Pensaba en Auschwitz – el mas grande campo de concentración y muerte donde hoy en museo hay miles de zapatos, brochas de afeitar, maletas. Cosas que los judíos tenían que dejar antes de morir. La historia se repitió. ¿Cuántas maletas habría, si contaran los muertos en esta guerra?
Lo más sorprendente es que somos parte de nueva historia. Si queréis saber que sentía como un testigo de la historia, vais a ser sorprendidos. Porque yo solo me sentía vacía. Sentía que no sé, que no entiendo, que miro pero no veo de verdad. Que eso no puede ser realidad. Porque soy demasiado pequeña, demasiado débil para vivir en un mundo tan malo.

Se sabe que nadie quiere ver tanto sufrimiento, pero la realidad desilusiona porque lo vemos y no hacemos nada. Es fácil hablar de los héroes si no tienes que ser uno de ellos ¿Y sabéis qué es lo peor? Que nos hemos acostumbrado y ya no nos toca tanto. Un ser humano es extraño y le resulta fácil ver todo el mal del mundo y luego seguir tomando el café.

Antonina Ufnalewska

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *