Justicia para los animales

Uno de los valores más relevantes es la justicia. Jamás seremos enteramente iguales. Venimos de ambientes distintos, nos medimos con problemas distintos. Gracias a la conciencia estamos en condiciones de identificar nuestras necesidades y ya que tenemos la habla podemos informar a otros sobre qué queremos. Luchamos por los derechos propios y nos rebelamos. La lucha por los derechos y la justicia no es fácil para nosotros. En la Tierra hay tantas especies que hemos dominado y que hemos condenado al sufrimiento. Nuestra responsabilidad debería ser la protección de los seres vivos que no pueden huir del matadero. Aparte de tener los instintos primitivos, tenemos también la moralidad y la empatía. La tecnología se ha desarrollado tanto que estamos en condiciones de completar todas las deficiencias, además podemos producir productos que imiten la carne. Los repuestos veganos son extensamente asequibles en los mercados. En los últimos años se ha empezado a producir la carne celular, luego la fabricada en el laboratorio. La gente singapurense fue la primera que podía probar esa carne, y gracias a los trabajos de LabFarm será posible probarla en Polonia. Con el aumento de la conciencia de la sociedad, los repuestos de la carne de vaca, cerdo y de aves de corral aparecerán más frecuentemente. Pero ¿por qué no podemos detener el exterminio masivo de los animales?

Este asunto es complejo. La dieta vegetal es más difundida en las metrópolis, que los campos, que procede del conservatismo y la falta de conocimiento. El otro aspecto es que a alguna gente no le gusta el sabor de la carne. Los repuestos veganos a menudo no cumplen las expectativas de las personas que comen la carne, y en cambio las chuletas caseras del garbanzo pueden no agradarles, porque ellas están acostumbradas a algo otro. El cambio del gusto lleva muchísimo tiempo, dado que se debe adaptar a las dietas vegetales. La carne es para algunos un símbolo de la virilidad y por la razón del decoro no van a dejar de comerla. Todavía el motivo más esencial es que la carne es la fuente para suministrar a nosotros los varios nutrientes vitales, que nuestros cuerpos necesitan. De cualquier manera, afortunadamente, más y más personas dejan la carne. Echemos un vistazo a algunas dietas en nuestro mundo, empezando con la menos invasiva para nuestros amigos, los animales.

La primera es la dieta vegana. Los veganos siguen una dieta muy restrictiva. Se excluye todos los productos de origen animal. ¿Por qué los veganos están tan caprichosos? La leche es un alimento para mamar las crías. ¿Por qué bebemos su comida, si no bebemos la leche humana, ya que esto sería raro? Además la mayoría de la sociedad compra los huevos de gallinas criadas en jaulas, porque son baratos. De esta manera los vendedores consienten a un tratamiento malo de las gallinas, que viven en la estrechez y la sombra. Se matan los pollitos masculinos y las gallinas viejas que no pueden producir los huevos. También los apicultores quitan la miel, que es la comida de las abejas, y se les da el jarabe de azúcar. A menudo se mata a las abejas cuando se acerca el invierno, como que garantizarles el alimento no es rentable. La otra dieta es el vegetarianismo. No se come la carne, los pescados, los mariscos y la gelatina. La tercera es el pescetarianismo. Los pescetarianos eliminan la carne que es de matanza. El objetivo de la dieta es suministrar los ácidos omega-3, la vitamina B12, D, el hierro y las proteínas y al mismo tiempo no difundir tanto sufrimiento. La última dieta es el flexitarianismo. Consiste en limitar la consumición de la carne. Se come todo, pero se diversifica la dieta en los platos vegetales.

Hay demasiadas dietas entre las cuales se puede elegir la perfecta para cada persona. El cambio de la dieta no es siempre hecha por los animales; es también por las razones de la salud o las razones ecológicas (el calentamiento global y el desastre medioambiental). Independiemente de la razón, el cambio es notorio. Como sociedad debemos tomar cartas en el asunto y tomar menos carne. Comiéndolo en un restaurante o incluso preparándolo no se piensa mucho sobre el animal que fue matado para nosotros. Comemos el cadáver de las amables criaturas, las cuales deberían tener el derecho de vivir y ser amadas por sus protectores. la mayoría de la sociedad come carne en todos los platos. Pensemos cuáles animales se matan cada día, cada mes, cada año. Nuestros amigos merecen una vida digna. Si no vale la pena cuidarlos como lo hacemos con las mascotas, deberíamos permitirles desaparecer. Les damos la carnicería, pero eso es socialmente aceptable. Hasta que no cambiemos nuestra actitud, los animales serán tratados como los esclavos y serán condenados a muerte.  Si limitaremos el sufrimiento de nuestros amigos animales, el mundo se volverá un lugar mejor.  

Zofia Sadowska

Instagram: @gwasuwon_

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