
La imagen de la Iglesia Católica en Polonia
Valores: Justicia, Verdad, Respeto
La Iglesia Católica juega un papel muy especial en la sociedad Polaca. Su importancia incrementó después de la elección del papa Juan Pablo Segundo que siempre ha sido considerado una de las personas más prominentes en la historia de Polonia, por lo menos por la mayor parte de la sociedad. La piedad de la gente fue una de las razones, por las cuales la situación política muy desfavorable después de la Segunda Guerra Mundial relacionada con la influencia soviética y el comunismo cambió en 1990. Por consiguiente, la Iglesia Católica siempre gozaba de más
respeto aquí que en los países occidentales de Europa.
Sin embargo, hoy en día esta tendencia empieza a cambiar. Los sociólogos coinciden que es un proceso natural, ya que la cultura Polaca se adapta a la cultura de los países occidentales. No obstante, parece sorprendente que aparentemente las ideas de tolerancia (de las que la gente más liberal del oeste está tan orgullosa) no conciernan a los católicos tanto como a otros grupos religiosos, raciales o de las orientaciones sexuales diferentes. Por ejemplo, hoy en día se hace mucho para que la gente de piel negra no se sienta despreciada: aun se cambian los títulos de los libros más famosos de Agatha Christie por estas razones. Al mismo tiempo, en la cultura se ve más y más publicaciones que denigran las personas relacionadas con la Iglesia Católica.
Por un lado, esta discrepancia en las actitudes está justificada. Históricamente, los grupos minoritarios como los afroamericanos sufrían mucho mientras la Iglesia gozaba de una posición privilegiada aquí en Europa. O sea, parece que hoy en día algunos quieren compensar ambas tendencias dando el privilegio a los primeros. No obstante, esta tendencia me parece llegar a los extremos peligrosos. La corrección política se hace más y más poderosa en la sociedad y empieza a amarrar las manos, limitando la libertad de expresión con respecto a algunos grupos, mientras que existe una extraña aceptación en las sociedades europeos (Polonia cada vez más incluida) al desprecio ante los católicos, burlando de sus virtudes y sus héroes.
No deseo que la Iglesia Católica recupere su posición privilegiada en toda la Europa (en Polonia todavía la tiene en muchos aspectos). Sin embargo, me extraña la hipocresía de la gente que pretende ser la más tolerante y abierta, imitando la cultura occidental. En mi opinión, para vivir en una sociedad verdaderamente tolerante para todos, todavía tenemos un largo camino por recorrer. Pienso que ir de un extremo a otro, intentado compensar los daños inferidos en el pasado despreciando otros no es una buena manera para hacerse una mejor sociedad.
Además, simplemente opino que no nos hace falta una tolerancia falsa impuesta por las instituciones a través de prohibiciones diferentes, sino un respeto verdadero entre todos debería provenir de la necesidad interna de la gente, de su caridad natural ante los prójimos y la necesidad de justicia.
Lo que es interesante es que las virtudes susodichas las podemos encontrar en la religión católica con la que hoy en día se lucha tanto privándola de todos sus privilegios. Podemos ver entonces que aunque para algunos nos hacemos cada vez más tolerantes, de hecho es posible que en algunos aspectos vayamos justo a la dirección opuesta.
EL MISTERIOSO DESCONOCIDO
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