El peso de la superficialidad

Cuando se pierde el amor es cuando nos enfocamos en las cosas materiales en uno mismo sin ver la trascendencia de nuestros actos. 

La superficialidad sofoca, pesa y se hunde la persona, ya que no puede ver a los demás sino así mismo. Lo que lleva a ser superficial a querer acceder mayores bienes intercambiando su riqueza interior que nunca es satisfecha por lo material, sino que va más allá de lo material. 

Cuando una persona vive para los bienes materiales, mientras más se tiene más se quiere tener y la distancia entre ellas es la insatisfacción personal. En la búsqueda de la propia satisfacción personal uno se pierde de la riqueza del mundo y la entrega a los demás. 

Una persona superficial no es reflexiva, por eso reacciona y responde sin pensar acerca de lo que le acontece y se pierde ante lo que sucede en el mundo reclamando: ¿por qué a mí? En cambio, quien ama no se busca en el otro sino que se da totalmente cuestionándose: ¿por qué a mí no? Tanta preparación y esfuerzo lo llevan a liberarse del peso de lo material para trascender a los demás. 

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