Los hábitos del creativo

Todos hemos escuchado alguna vez o se nos ha ocurrido decir con asombro: “¿A quién se le habrá ocurrido esta idea?” Constantemente esto lo referimos a grandes artistas, escritores, políticos, inventores, etc. Pero ¿brota de la nada?, ¿es algo espontáneo?, ¿tiene un proceso?, ¿qué te hace creativo?, ¿la creatividad surge del día a día?

La creatividad se da en relación y no en posesión, es en la relación cuando se entrega y se recibe algo del objeto en donde surge la creatividad.

En cambio, si buscamos poseer se pierde la relación y se gana el control, por lo que no hay creatividad. Y en ese intercambio hay confianza en la otra persona lo que garantizará que la información no se pierde en una sola persona, por lo que desarrollará su propia personalidad y la de sus compañeros de juego. Este intercambio no da miedo porque se sabe lo que se logra. “El hombre se ve a resguardo no cuando se recluye en la soledad de sus propias posibilidades sino cuando colabora con realidades valiosas que le ofrecen posibilidades de juego.” (Quintás) Es en ese intercambio de confianza en donde se hacen confidencias al mostrar al otro lo que hay en el interior.

Quien es creativo es capaz de admirarse ante la belleza de las cosas, del mundo en movimiento y asombrarse de lo que se encuentra. Para llegar a este punto debe tener paciencia y saber esperar para que algo lo llene, incluso si es necesario soportar al otro en su ánimo e ideas para sintonizar con ellas y comprender al otros desde sus zapatos para poder crear algo juntos. Es necesaria la flexibilidad para poder avanzar hacia la creación de algo en conjunto.   

Es por medio del lenguaje que la creatividad se expresa, ya que es el medio de la razón, por lo que la comunicación es indispensable para hablar de la creatividad dirigida a un mismo ideal al que ambas personas se dirigen. Para esto es necesario propiciar el encuentro entre las personas para crear relaciones que lleven a la cercanía que hace el encuentro divertido, es el juego el que garantiza la creatividad: es regirse por normas propias, está ordenado e impulsado por una finalidad interna, da origen a un nuevo ámbito de la realidad. En el juego se propicia el encuentro y el diálogo para crear algo juntos.  

En las empresas funciona igual, cada miembro del equipo es importante para que crezca cada área, pero un área no hace la empresa. Lo mismo sucede con las personas que son confiables, incluso les decimos que “se ponen la camiseta” porque asumen su papel en la empresa como si fuera suya. Pero ¿qué significa ser creativo?

En suma, las virtudes necesarias para ser creativo son:

  • Humildad: Modera el desordenado apetito de la propia excelencia y por la que se reconocen las diversas limitaciones personales. Reconocer las propias capacidades al ser realista es la base para una mente creativa y reconocer los valores que tienen las cosas.
  • Perseverancia: Busca estar en continua motivación y reflexión sobre el bien que se ha propuesto, intentando una y otra vez, comenzar y recomenzar, hasta alcanzar la meta porque sabe que es un bien. No solo se trata de tener ideas, sino de perseguirlas hasta desarrollarlas por completo. Da estabilidad y solidez a los proyectos que van a realizarse y mantiene el buen humor que permite el desarrollo creativo.
  • Magnanimidad: es el que se propone metas altas en la vida, el que no admite la mediocridad en lo que realiza. La creatividad no se conforma con lo que hace, sino con hacer las cosas lo mejor posible.
  • Gratitud: inclina a corresponder en algún modo a la benevolencia o los favores que otros tienen con nosotros. Ser agradecido crea relaciones con otras personas que pueden favorecer la comunicación y el fluir de las ideas y sus valores.
  • Orden: La priorización de actividades, en saber distinguir lo importante y lo urgente. Y en la disposición de las cosas para facilitar el proceder del próximo. Se trata de tener prioridades y tener una jerarquía, sino se corre el riesgo de caer en la frivolidad, la cual elimina la creatividad.  
  • Lealtad: Es quien promueve y tutela la verdad, el honor y la fama, bienes de gran importancia para las personas sean conocidas o ajenas. Ser leal a los valores que producen un bien en la sociedad que día con día se realizan. Es con la creatividad que nos mantenemos leales a los demás.
  • Veracidad: Sinceridad en las palabras y los gestos siempre muestran la verdad en relación con los demás. Conlleva esta responsabilidad de entablar el diálogo con los demás.
  • Solidaridad: es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común. Reconocer el valor que brindan los demás para ser creativo.
  • Eutrapelia: la recta razón pone la justa medida en juegos y diversiones, no de evitarlas sino de moderarlas y encausarlas. La diversión en los juegos es un catalizador para el desarrollo de la creatividad.
  • Valentía: quien tiene ánimo, arrojo, coraje para vencer sus miedos o a pesar de ellos actúa de la mejor manera posible.
  • Paciencia:  quien es capaz de controlar las diversas molestias del momento, sin perder la serenidad ni la calma.
  • Amistad: desarrolla y arraiga la inclinación natural a la sociabilidad de la persona en buscar el bien del otro. Es la unidad de las diferentes ideas para crear algo que no existe.
  • Afabillidad: hace decorosa y grata la relación con el prójimo, gracias a la amabilidad y delicadeza en el trato mutuo, haciendo así la vida agradable a las demás. El buen trato y la cordialidad es lo que hace que las ideas fluyan en busca del bien común, aumentando la confianza.
  • Prudencia: Es la recta razón en el obrar: esta virtud inclina a actuar bien, a clarificar el fin y a buscar los medios más convenientes para alcanzarlo. Saber cuándo hacer las cosas y de qué modo es el éxito del creativo.

Todas estas virtudes conforman la creatividad en una persona, son hábitos que día con día podremos adquirir hasta que formen parte de nosotros. El reto es ser una persona de relaciones y enfrentarse ante las diferentes posturas que haya, oportunidades o circunstancias lo más importantes es mantenernos fieles a nosotros mismos.

¿Se puede medir la creatividad?

A partir del estudio de las virtudes en CAFÉ&co. Se nos ocurrió cuantificar las virtudes para poder enseñarlas de una manera práctica sin recurrir a meras definiciones que se vuelven teóricas. Desde la necesidad de desarrollar una guía objetiva de las virtudes que conforman la integridad es posible cuantificar la frecuencia de las conductas esperadas para determinar si se tiene o no lo necesario para ser creativo, y cómo es posible llegar a serlo. Nos basamos en las manifestaciones de las conductas de una persona íntegra y decidimos automatizar el autoconocimiento con un test que mida la creatividad:

¿Qué tan creativo eres? https://docs.google.com/forms/d/1bjxPpDv8QG-VO0JQkFkHNqJ6n3SSCVlcGGpBgYZCxyw/edit


[1] LÓPEZ QUINTÁS, Alfonso. Inteligencia creativa. BAC. Madrid. 1999. p. XXI

MILLÁN-PUELLES, Antonio. Léxico filosófico. Ediciones RIALP. España, 2002. P.594

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