
El lenguaje actual
Pedro Manglano en su obra «Pensar por libre» atiende una de las problemáticas del lenguaje, en donde su mal uso nos lleva a utilizar «sinónimos» para minimizar el impacto de nuestras palabras hacia los demás y hacia uno mismo, por lo que no decimos las cosas por miedo a que sean tan tajantes o fuertes que nos malinterpreten.
Actualmente cambiamos los términos de manera que tengan un efecto narcotizador e idiotizador, por ejemplo:
Pereza= cansancio, agotamiento, depresión, serenidad
Soberbia= autovaloración, dignidad, derecho a la propia imagen
Envidia= agravio comparativo
Egoísmo= espíritu ahorrativo
Desobediencia= personalidad
Lujuria= amor
Ira= temperamento
Gula= mientras uno es joven, hambre, con madurez, apetito, en la vejez, gastronomía
Cobardía= prudencia o insumisión
Mediocridad= humildad
Calumnia= libertad de expresión
Cotilleo= crítica constructiva
Tibieza= espíritu tolerante con uno mismo
Superficialidad= simpatía
Frivolidad= ingenio
Insulto= sentido del humor
Horterez= sinceridad
Traición= fidelidad al presente
Embuste= mentirijilla, mentira piadosa, exageración
Aborto= interrupción voluntaria del embarazo
Estafa= hábil negocio
Suspenso= fracaso escolar
Asesinato= eutanasia
Eutanasia= dignidad
Calvicie= minuspelidez o discapacidad capilar adquirida
Canibalismo= gastronomía alternativa
Homicidio= interrupción voluntaria de la vida ajena no deseada
Poligamia= amor plural
Tortura= precalentamiento
Racismo= buen gusto
Inmoral= tener moral porosa
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