
El niño en su camino hacia la adolescencia
Hoy en día, la vida se ha convertido en un camino escabroso donde a cada paso se esconde algo imprevisto. Es natural que la sociedad se desarrolle, sin embargo la globalización influye excesivamente en los seres humanos, empezando particularmente por los más jóvenes.
Un asunto probablemente más peligroso es el encuentro de un niño con la sociedad sí misma. En realidad, desde sus primeros años de existencia el observa no solo las imágenes, los colores o caras de otras personas, sino también los comportamientos humanos. La verdad es que a base de eso, un joven forma su carácter y toma todas las informaciones recibidas a pecho. Durante esta época es imprescindible que los padres tengan cuidado de los hijos porque aunque ellos reciban una buena educación en su casa, es posible que en la escuela encuentren amigos de mala vida que les influirían de forma negativa. Es la razón por la cual los que educan a sus niños, tienen que ser los padres y los profesores a carta cabal.
Sin embargo, desafortunadamente es frecuente que los miembros de la familia no tengan bastante tiempo para sus hijos y en vez de pasarlo con ellos, les compran diversos regalos. Esa falta de interés de su parte resulta que los jóvenes enfrentan problemas como baja autoestima, incapacidad de establecer las amistades o incluso la falta del sentido de seguridad. En general existe adicionalmente el riesgo de que un niño se rebele contra sus padres a fin de que ellos le perciban incluso por un rato.
Los hijos no lo hacen porque les guste entrar en la guerra con sus queridos sino porque no les quedan más narices para atraer la atención. No obstante los padres lo interpretan al revés y para no buscarle las cosquillas a sus pequeños, les regalan teléfonos, tabletas u ordenadores.
Efectivamente, esta manera de cargar el muerto, de formar un niño, a las redes sociales es muy cómoda para los adultos que se quitan de encima a sus hijos. Sin embargo, es lógico que eso no solucione la cuestión o hasta la empeore y cuando los padres se caen del burro, normalmente es demasiado tarde. De hecho, cuando un joven empieza a utilizar el dispositivo, es probable que se pierda en el mundo virtual y que después no pueda volver sobre sus pasos porque ya está adicto.
Pero la adicción no significa sólo la independencia del móvil sino es que empeora también sus capacidades de escribir y concentrarse. Asimismo, en internet los adolescentes están expuestos a mirar solo las imágenes de personas de infarto. Debido a ello, después de haber visto tantas fotografías increíbles, los niños caen en la depresión porque se forman el criterio sobre lo ideal que francamente no es posible alcanzar.
Para concluir, es cierto que en nuestra época por la de problemas que existen, se educa a un joven a duras penas. No obstante, es necesario mostrarse optimista porque se puede buscar soluciones para que un niño reciba una formación adecuada. En primer lugar es bueno que los padres no compren los móviles ni otros aparatos a los más pequeños y en vez de eso es mejor que le lean o regalen los libros. Otro remedio se basa en la positiva influencia del deporte que puede ayudar a mantenerse en forma tanto física como mental. Si algunas soluciones no ayudaran a hacerse una persona decente, no existirían nuestras sociedades. La verdad es que cuando hay vida, hay esperanza y con el esfuerzo, la educación de un joven parece pan comido.
DM
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