
“El Pasto Del Vecino Siempre Se Ve Más Verde”
En ocasiones nos puede pasar que nuestros amigos obtienen algo que nosotros anhelamos tener: como éxito, atractivo físico, bienes materiales, pareja estable, hijos… y eso puede generar en nosotros un sentimiento de desventaja que nos incomoda.
Ante “El Pasto De Nuestro Vecino” (así le podemos llamar a aquello que los otros tienen y a nosotros nos falta) podemos tomar dos actitudes:
* Concentrarnos en ese mal sentimiento de injusticia, lamentarnos, buscar culpables o envidiar al otro. Lo cual sólo nos genera sufrimiento y amargura.
* O bien podemos optar por reconocer qué cambios podemos hacer para obtener aquello que anhelamos. Tal vez dejar de ver al vecino como una amenaza y adoptarlo como alguien a quien admirar, podemos disfrutar junto con él de su jardín e incluso pedirle su asesoría o consejo para mejorar el nuestro a la vez que nos enfocarnos en nuestras propias fortalezas.
Y es que muchas veces el ego no nos permite aprovechar la oportunidad que la competencia nos presenta: la maravillosa oportunidad de crecer y mejorar.
Si afrontamos el miedo de abrir bien los ojos ante la realidad para contemplarla tal cual es, nos daremos cuenta de que las cosas son de determinada manera la queramos ver o ignorar. Tenerle coraje al vecino sólo nos hace sufrir, negar que su jardín es mejor que el nuestro es no querer ver la realidad, pero mirar ese césped objetivamente y aceptar que es precioso es muy enriquecedor porque nos regalamos la oportunidad de darnos cuenta de qué objetivos queremos alcanzar así como las áreas de nuestra vida o de nuestra persona que tenemos debilitadas y nos falta fortalecer.
Agradece ese mal sentimiento y sin alimentarlo ni mucho menos dejar que anide transfórmalo en una fuerza a tu favor para trabajar en mejorar tu propio jardín, sólo mira al del vecino para ubicarte en donde estás y hacia donde quieres llegar, después date cuenta de que otros admiran de ti otras muchas cosas que sí tienes, en qué aspectos eres fuerte? Esas son como las flores que siempre han estado de tu lado de la barda que te han hecho feliz mientras las mirabas, date cuenta que sólo cuando envidiabas aquello que no tenías descuidaste tus flores y esa felicidad que te daban pareció esfumarse. Contempla tus flores, también trabaja en tu pasto y te sentirás tan plena/o que no tendrás necesidad de voltear hacia ningún otro lado.
Luisa Silva
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