El relativismo en Sócrates
Ante las diferentes opiniones que tenemos acerca de cuestiones básicas de nuestra vida, como la verdad, muchas veces creemos tener la razón, pero cuándo nos enfrentamos a ciertas situaciones, conocemos otras teorías, leemos un artículo científico o platicamos con alguien que piensa diferente, es cuando nos preguntamos si ¿sabemos la verdad?
Al parecer sí la conocíamos pero al parecer no del todo. No s etrata de tener la razón, sino de estar en la verdad. Lo que para unos puede ser verdadero para otros no, y tajantemente desalentamos o desacreditamos a quiénes no coinciden o no confuerdan con nosotros. Pero ¿cómo creer algo tan contradictorio?
Como en el caso de Menón al tratar acerca de la virtud como algo relativo al no saber qué es exactamente una virtud:
«¿en qué consiste la virtud del hombre? Nada más sencülo: consiste en estar en posición de administrar los negocios de su patria; y administrando, hacer bien á sus amigos y mal á sus enemigos, procurando, por su parte, evitar todo sufrimiento. ¿Quieres conocer en qué consiste la virtud de una mujer? Es fácil definirla. El deber de una mujer consiste en gobernar bien su casa, vigilar todo lo interior, y estar sometida ásu marido. También hay una virtud propia para los jóvenes de uno y otro sexo y para los ancianos; la que conviene al hombre libre, también es distinta de la que conviene á un esclavo ; en una palabra, hay una infinidad de virtudes diversas. Ningún inconveniente hay en decir lo que es la virtud, porque cada profesión, cada edad, cada acción, tiene su virtud particular. Creo, Sócrates, que lo mismo sucede respecto al vicio.»
Lo que parece algo sencillo al definir las cosas, nos encontramos con una complejidad ya que Menón no distingue de lo que es en sí mismo y de las aplicaciones que hay. Es por eso que Sócrates busca aclarar su pregunta con un ejemplo aplicado en las abejas para que Menón pueda comprometerse con una definición.
«cuál es la naturaleza déla abeja, y respondídome tú, que hay muchas abejas y de muchas especies; qué me hubieras contestado si entonces te hubiera yo dicho: ¿ es á causa de su calidad de abejas por lo que dices que existen en gran número, que son de muchas especies y diferentes entre sí? ¿ ó no difieren en nada como abejas, y sí en razón de otros conceptos, por ejemplo, de la belleza, de la magnitud ó de otras cualidades semejantes? Díme, ¿cuál hubiera sido tu respuesta á esta pregunta ?
MENON: Diria que las abejas, como abejas, no difieren unas de otras.»
La variedad que hay de una cosa específica no debe ser la causa de un relativismo, es decir que se difieren entre sí debido a su riqueza, sino que es necesario partir de una base en común, ya que no podríamos hablar sin una base común.
«SÓCRATES: Pues lo mismo sucede con las virtudes. Aunque haya muchas y de muchas especies, todas tienen una esencia común, mediante la que son virtudes; y el que ha de responder á la persona que sobre esto le pregunte, debe fijar sus miradas en esta esencia, par a poder explicar lo que
es la virtud. ¿No entiendes lo que quiero decir?»
Con tales preguntas Sócrates logra ubicar a su oponente en el discurso para que aclare lo que entiende por la palabra, dado que es necesario comprender el sentido para tener un diálogo, sin esto no podríamos referirnos al mismo tema.
«SÓCRATES: ¿Sólo respecto á la virtud, Menon, crees tú que es una para el hombre , otra par a la mujer, y así par a todos los demás? ¿Ó crees que lo mismo sucede respecto á la salud, á la magnitud , á la fuerza ? ¿Te parece que la salud de un hombr e sea distinta que l a salud de un a mujer? ¿Ó bien que la salud, donde quiera que se halle , ya sea en un hombre , y a en cualquiera otra cosa, en tanto que salud, es en todo caso de la misma naturaleza?»
Dichas preguntas ayudan a comprender lo que el otro tiene en mente acerca de temas que pueden diferir con los nuestros, no por eso si se parte de un mismo punto en común es mucho más fácil encontrar el error al que se refiere el oponente para mostrar el error. Sobretodo esto sucede cuando buscamos aplicarlo en un caso práctico, en el caso del tema que discuten Sócrates y Menón es la virtud, acción que no depende del sexo, sino de la capacidad hacer el bien.
«Sócrates: Luego todos los hombres son virtuosos de la misma manera; puesto que lo son mediante la posesión de las mismas cosas.»
Como recusro explicativo Sócrates utiliza las figuras geométricas para explicar el por qué las cosas siginifican lo que significan y no dependen de quien las ve. Lo que pretende el relativismo e sdarle un matiz según el espectador, cuando en realidad es que si no tomamos las cosas como son, es imposible conocer la verdad. Por ejemplo: el triángulo se refiere a que tiene 3 ángulos, por lo que todos sabemos lo que es, ya que su nombre es su significado. Es así que todo lenguaje tiene un significado que nos une, por lo que no es posible dividirlo según lo que queremos que signifique.
«SÓCRATES: Pero cuando hablas de esta manera, ¿quieres decir que lo que es redondo no es más bien redondo que recto, ó lo que es recto más bien recto que redondo?… Ahora puedes concebir lo que entiendo por figura. Porque digo en general de toda figura, que es ló que limita el sólido; y para resumir esta definición en dos palabras , llamo figura al límite del sólido.»
Las cosas son lo que son, no pueden ser otra cosa, por más que nosotros lo querramos, la verdad siempre es una y es accesible a todos sin importar la situación que tengan. Por lo que Sócrates llama a un esclavo para que confirme su teoría explicándole la verdad con ejemplos de geometría. Es decir, la verdad no es algo que pertenezca a un grupo de personas, sino que todos tenemos acceso a ella y gracias a ella podemos avanzar como sociedad.
«SÓCRATES: Enseñándole á dudar y adormeciéndole á la manera de
torpedo, ¿le hemos causado algún daño?… Por el contrario; le hemos puesto, á mi parecer, en mejor disposición para descubrir la verdad. Porque ahora, aunque no sepa la cosa, la buscará con gusto; mientras que antes hubiera dicho con mucho desenfado, delante de muchas personas y creyendo explicarse perfectamente…»
Ésta es la forma en que la mayéutica, a base de preguntas, se van aclarando los términos y somos capaces de reconocer la verdad. La actitud socrática frente a la vida es estar abiertos al error para así aprender.
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