En búsqueda de paz
El 24 de febrero estallido de bombas y ruido de disparos despertó a miles de ucranianos; ese cuando empezó la invasión rusa a Ucrania. Después de 84 días en Ucrania, rodeada por las tropas rusas, siguen cayendo bombas que infunden terror en todo país. Ante el peligro del conflicto armado, los ucranianos tienen solamente unos minutos para decidir si abandonar sus casas o arriesgar, quedarse y afrontar la situación. La mayoría de los que decide escapar ni siquiera tiene tiempo para recolectar las cosas básicas y de primera necesidad. Salen sin nada, dejan atrás parte de su vida y lo único que llevan sobre los hombros es el miedo junto con la fe para sobrevivir.
Frente al hecho de que los hombres ucranianos entre 18 y 60 años tienen que prestar servicio militar obligatorio, no pueden salir de su país y las mujeres se encuentran obligadas a un despedido doloroso. Tienen que soportar la separación sin saber cuándo podrán volver a ver a sus seres queridos; maridos, padres e hijos varones. Son principalmente mujeres, niños, personas enfermas y ancianos los que huyen de Ucrania. Abandonando su país, comienzan la búsqueda de paz y de un lugar seguro donde puedan dormir sin miedo a la muerte y sin oír el estruendo de la guerra. Durante ese trayecto a lo desconocido enfrentan distintos problemas; tienen que soportar falta de alimentación, riesgo de enfermedades, riesgo de acoso y agotamiento físico.
La gran mayoría de refugiados ucranianos viene a Polonia y aunque es doloroso ver a personas que esconden tanto miedo en sus miradas perdidas, hacemos todo esfuerzo para acogerlos. Los ucranianos se enfrentan a la necesidad de ser humildes en su corazón, tienen que perder el miedo a la vergüenza y tomar el coraje para pedir ayuda. Se conforman con dormir en un refugio compartido con otras personas desconocidas, mostrando así la fortaleza para soportar todo. Es especialmente doloroso ver a mujeres que sostienen el llanto intentando no derramar lágrimas de debilidad ante sus hijos que muchas veces no comprenden lo que está sucediendo. No permitir que la situación las rompe no solo requiere
valentía, sino también enorme fuerza psíquica.
Frente a esta desgracia, toda Polonia se moviliza para acoger a ucranianos. Hay distintas medidas de ayuda que son previstas a largo plazo. Una de las soluciones importantes es la presencia de incontables puntos de donaciones, es donde los refugiados pueden elegir lo que necesitan; hay ropa, comida, medicamentos y otros productos de primera necesidad. En cada momento los refugiados pueden contar con nuestra solidaridad, les mostramos respeto, y ofrecemos apoyo en cada situación. Es indudable que ayuda surge de la bondad de personas; compartimos lo que podemos. Aunque mostrando nuestra generosidad y sensibilidad no esperamos nada a cambio, es reconfortante ver la gratitud de los ucranianos, porque sabemos que nuestra ayuda es imprescindible.
Es innegable que los impactos de la guerra exceden fronteras ucranianas; la situación geopolítica de toda Europa se ve perturbada por estos acontecimientos. Todos nos preocupemos por la situación, pero sabemos que la unión hace la fuerza y que juntos aguantaremos todo.
Klementyna Drzymulska
Deja una respuesta