
Enamórate bien
La afectividad se educa desde niños, y que es verdaderamente importante tener virtudes, modelos a seguir. Por tanto, esto tiene que ver mucho con el temperamento, el carácter y la personalidad, es decir, lo que caracteriza a cada ser humano de manera individual. Por tanto, si se quiere llegar a tener una buena relación sentimental, un aspecto muy importante a considerar es que tu pareja tenga los mismos valores con los que te educaron a ti.
A pesar de que el carácter si se puede modificar, el temperamento es algo innato. Esto también lo podemos relacionar con el tema de acto (lo que es) y potencia (lo que puede llegar a ser). Si por ejemplo tu pareja tiene un temperamento muy violento y voluble, y además sus padres no le enseñaron valores, es casi imposible que es persona cambie para bien y sea una influencia positiva en la vida de alguien más (de su pareja).Es de suma importancia también considerar en tu pareja sus hábitos. Estos pueden llegar a tener el carácter de una posesión personal e intransferible, por lo cual construyen un modo de ser adquirido.
“El patán es como un vicio”, es decir, que paulatinamente se convierte en una adicción. Cuando estas bajo las drogas, debilitas las facultades y el raciocinio esta mal contextualizado. Comenzamos a justificar las acciones de los patanes convirtiéndolos en algo que no son. Si es sanguíneo, consideramos que es “éxito social”, si es colérico, es mas bien “la obra que hay que realizar”, si se comporta de manera apática, es mas bien porque esta “tranquilo”. Por tanto, si tienes una obsesión con un patán, evades los comentarios de tus amigos y familiares de que es una relación negativa y llegas todavía a la compulsión, quiere decir que, efectivamente, es un vicio.
Ahora tocaremos el tema del amor como tal. Hay cuatro diferentes tipos de amor:
- El amor eros, es decir lo sexual, el amor físico y de atracción.
- El ágape, un amor de conveniencia, injusto.
- El filia, un amor por el bien del otro,
- y finalmente el caritas.
Actualmente “confundimos el amor con sexo” y “el amor con enamoramiento”, es decir, confundimos el amor filia, un amor por el bien del otro, el cual es ideal para la pareja en donde dos cuerpos comparten la misma alma, con el eros, el cual se queda en lo terrenal, en lo físico, en lo temporal porque se basa en el gozar.
Tres cosas el hombre quiere de la mujer y las tres cosas que la mujer quiere del hombre. Aquí es cuando nos referimos a la reciprocidad que hablábamos anteriormente. Y, como lo mencionaron en la conferencia, “amor loco si tu eres mas y el poco”. Las tres cosas que el hombre quiere de la mujer son amor incondicional, confianza plena e intimidad. Y las que quiere la mujer del hombre son protección, proveer y reafirmación. Por tanto, es importante buscar la reciprocidad en la pareja y que los dos aporten de igual manera para que funcione y sea un amor filia, un amor justo y recíproco.
«Lo más importante es quererse a uno mismo”, es decir tener dignidad. Para que una mujer o un hombre sean capaces de dar las tres cosas mencionadas anteriormente, tienen que primero quererse a ellos mismos. Esto se basa en la regla de que no se pude dar lo que uno no tiene.
El ser humano tiene las facultades espirituales de la inteligencia y de la voluntad. Es decir, tenemos la libertad de decidir, entre lo mejor. Por tanto, podemos decidir con quién tener una relación sentimental y con quien no. Esto no solo aplica en las relaciones de pareja, sino también en las de amistad, que son igual de importantes. Si tenemos amistades buenas, llegaremos a ser personas más prudentes (también tema visto en el curso) y sabremos elegir de entre lo mejor. Esto asimismo se relaciona con el tema de las 4 causas: es necesario preguntarnos, ¿a qué me va a llevar esto? ¿Me va a hacer una mejor persona? ¿Cual es la finalidad? ¿De que manera esta relación me va a afectar? Porque, si todo tiene un fin, hay que diferenciar lo bueno de lo malo y aceptar la verdad, es decir, lo que es.
Karla Lüders
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