Enojo síntoma de soberbia
En muchas ocasiones de la vida nos van marcando, otras nos ilusionan y tenemos muchas ganas que lleguen, otras nos aterrorizan y tratamos de evitarlas. Independientemente de lo que surja, es inevitable tener expectativas ante lo que pase o incluso, la propia percepción de nosotros mismos como algo que queremos que consideren los demás que tal vez no saben y no tendrían por qué hacerlo.
¿Cuántas veces no nos ha pasado, que queremos ser tratados de un modo y no lo hacen? Cuando no tienen ciertas atenciones o consideraciones con nosotros y nos enojamos por la falta.
Si es muy frecuente, uno termina pasándola mal o criticando las cosas porque no nos tomaron en cuenta como queremos que nos tomen. A pesar de los esfuerzos que se han hecho, no los vemos porque solo nos fijamos en las deficiencias que tuvieron hacia nosotros. Es decir que nada vale porque no nos vieron como queremos ser vistos.
El enojo es un pesar del alma ante lo que creemos que debemos ser tratados como pensamos que somos, sin considerar que los demás no nos conocen como queremos que nos conozcan. Es un síntoma de soberbia, el creer que somos más valiosos o que nuestro trato debe ser distinto a otros, o que mis ideas y opiniones deben ser consideradas por los demás. ¿Por qué?
Si la respuesta es por ser quiénes somos, vamos a enojarnos. Todos tenemos el mismo valor y creernos especiales o distintos sin haberlo demostrado o dejado claro a los demás, no podemos esperarlo de quiénes nos conocen. Es decir, que el enojo viene de una idea de nosotros mismos que los demás no la saben, por lo que la falta de alegría es porque no me consideran como yo me considero.



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