La crisis vocacional de Skellington Jack

El hacer lo mismo sin sentido se vuelve rutinario, la persona se abruma y busca cosas nuevas, salir de su zona de confort y termina haciendo otras cosas bajo el mismo modo en el que las hacía, por lo que termina forzando las cosas y pierden el sentido. 

Esto mismo le pasó a Jack en “A nightmare before Christmas” o en español “El extraño mundo de Jack”, la combinación entre lo que sabe hacer y es experto, asustar gente en Halloween, ya no tiene sentido, por lo que se pierde en el bosque y decide irrumpir en el mundo Navideño y quiere adaptarlo a lo que domina: una Navidad espantosa. 

Los niños se arrojan nieve en vez de tirar cabezas.

Están haciendo juguetes y no hay muertos.

No hay ningún monstruo, ni siquiera una pesadilla y en su lugar hay sentimientos de alegría.

El fracaso de Jack es el vacío que sigue sintiendo, aun probando cosas nuevas, no le consuela cambiar las cosas -aunque las mejora en Halloweentown- no cree poder seguir haciendo lo mismo por más tiempo.

“Pero año tras año nada va a cambiar
Y me canso un poco de hacer tanto mal
Yo, Jack, el rey del mal
Estoy cansado de seguir igual
Y es que muy dentro en mi interior
Hay un vacío aterrador
Que sensación, en mi corazón
Surgió inesperada y veloz”

El lamento de Jack

Al no conocerse, u obsesionarse con lo mismo, no se da cuenta las ventajas beneficios que tiene en su misma casa. Cuando ve la realidad para lo que es bueno, se da cuenta de que siempre siguió su vocación, ahora debe agregarle un sentido al que ya tenía y reconocer los talentos de los demás, sin necesidad de secuestrar a los demás, como Santa Claus. 

Como dice Einstein: “esperar diferentes resultados haciendo lo mismo, es locura”. En las empresas surge este fenómeno cuando los jefes buscan emprender en otra cosa y tener al mismo equipo de trabajo, perdiendo así la identidad del equipo y dando los mismos resultados sin innovar. El equipo se desgasta y el jefe se desespera. 

Cuando falta el sentido de lo que hacemos, se pierde el amor por lo que logramos y despreciamos todo lo demás. Hay que revaluar las cosas para darnos cuenta de lo que somos capaces de hacer si enfocamos nuestro propósito con el talento que tenemos. 

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