La situación actual en Polonia respecto a la acogida de los refugiados ucranianos
El 24 de febrero todo el mundo fue conmovido por la agresión de Rusia a Ucrania que
continúa a día de hoy y, aunque todo el mundo espera que termine cuanto antes, las
posibilidades de que esto ocurra no parecen muy altas.
Hay mucha negatividad en torno a esta guerra, y a menudo es difícil no centrarse en
estos sentimientos, sino en ayudar a las personas afectadas por los combates. Sin duda, la
repugnancia por las acciones de Rusia y la simpatía por los Ucranianos, así como la
admiración por Volodymyr Zelensky nos acompañan a todos y cada uno de nosotros.
Al principio de la agresión rusa, todo el mundo ayudaba y organizaba las recogidas de
alimentos y artículos de primera necesidad, pero ahora, tras semanas de lucha, cada vez hay
menos gente dispuesta a ayudar. Se trata de una prueba no sólo de patriotismo ucraniano,
sino también de una enorme prueba para nosotros en cuanto a nuestra pirámide de valores.
Es fácil decir que se apoya la causa, pero es mucho más difícil pasar a la acción para
proporcionar ayuda real. No basta con tener compasión en el corazón, también hay que tener acción en las manos, sobre todo porque ayudar en este caso no es tan difícil como algunos piensan. No hay que sacrificar su vida en las batallas, es bastante convertirse en un voluntario y preparar la comida caliente o jugar con el niño mientras la madre, agotada por las horas de espera en la frontera, duerme.
Hasta ahora, Polonia ha acogido a casi 3,5 millones de refugiados procedentes de
Ucrania. Para la gran mayoría de ellos, se ha encontrado un piso de alquiler gratuito o por casi nada, o una familia polaca los ha refugiado. En todas las ciudades, grandes o pequeñas, se hacían colectas de ropa, alimentos o incluso muebles, que luego se distribuían entre los más necesitados.
Polonia también introdujo el transporte público gratuito para los ucranianos. Los trenes, los autobuses y el metro: todo eso está a disposición de los refugiados. Además, en todas las estaciones de autobús, de tren y en los aeropuertos hay centros de información para los Ucranianos, donde pueden informarse sobre sus condiciones de estancia en Polonia, recibir asistencia jurídica u obtener refugio temporal. En estos lugares también hay puntos donde se puede conseguir comida caliente preparada por voluntarios.
Los estudiantes universitarios también se involucran en la ayuda activa. Hay muchos programas para los Ucranianos el objetivo de que es apoyar el aprendizaje de la lengua polaca y preparar a los niños de Ucrania para que empiecen a aprender en las escuelas polacas. Hay muchos de estos programas y tienen lugar tanto en los universitarios en diferentes ciudades como en línea. Muchas escuelas ya han acogido a niños ucranianos que no hablan polaco, para que no tengan que perder el tiempo ante la guerra.
Todos estos actos te hacen sonreír, llorar y agitar el corazón. Es espantoso cómo la guerra destruye no sólo edificios y ciudades enteras, sino también el futuro de los jóvenes, principalmente. Ambiciones y planes de educación enteros se disuelven en un abrir y cerrar de ojos, y sólo la tolerancia y la participación de personas de otros países pueden ayudar. Indudablemente, muchos niños de Ucrania han perdido irremediablemente su futuro por las
armas de Rusia.
No hay palabras de la inhumana agresión rusa, así como por el enorme trabajo que está
realizando Polonia para minimizar al máximo los daños causados por esta agresión. En
Polonia hay gente cristiana y ateísta, hay personas LGBTQ+ y personas muy conservadoras,
hay gente joven que todo el tiempo pierde mirando la pantalla y las personas mayores que
recuerdan a los tiempos justo después de la segunda guerra mundial. Toda esta gente se junta para apoyar a Ucrania en los actos más grandes y más pequeños que puedan.
Aleksandra Małecka, 1H1
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