
Los Aztecas
En 1325 lo Aztecas se ubicaron en la cuenca del Valle de México rodeado por Sierras: la de Guadalupe al Norte, la Sta. Catarina en el occidente y las de las Cruces y Ajusco al Sur. Lo bañan ríos, al norte: Remedios, Consulado, San Joaquín y Tecamachalco; en el suroeste: La Piedad, Tacubaya y Becerra, Churubusco, Barranca del Muerto y Mixcoac, San Ángel, San Jerónimo, Magdalena y Eslava; en el oriente los canales Nacional, Chalco y Amecameca. La cuenca estuvo inundada con un sistema lacustre conformado por 5 lagos: Zumpango, Xaltocan, Texcoco, Xochimilco y Chalco que ya se han secado. Al centro había tres islotes deshabitados: Mixuca, Tultenco (sureste de Texcoco) y Nonoalco (Tlatelolco).
Los pobladores del valle de México estaban asentados en el oriente del lago de Texcoco llamados Acolhuas, grupos de Otomíes se establecieron en el occidente llamado Tlacopan (hoy Tacuba), los Tepanecas habitan Azcapotzalco y dominaban el valle en el momento que llegaron los Aztecas.
Los Aztecas eran tribus del norte originarios de un lugar mítico llamado Aztlán en el 1,120 d.C, que buscaban un lugar que iban a llamar México (ombligo de la luna), donde vean la señal de una águila posando encima de un nopal; así que su nuevo gentilicio será el de mexicas y su cultura la náhuatl. El salir de Aztlán en esta búsqueda fue por órdenes del dios Huitzilopochtli. El señor de Azcapotzalco les permite habitar en Chapultepec en el 1351, pero sacrificaron a su hija que les había enviado para matrimonio, así que los corre de ahí y se van a Acolco, Colhuacan, en 1355, pero se pelean con los Xochimilcas. En 1364 se establecieron en el islote principal del valle en el occidente del lago de Texcoco, donde ven la señal del águila y el nopal, así que ahí se establecen nombrádolo Tenochtitlan (tetl: piedra y nochtli: tuna, lugar de piedras y tunas). Otro grupo de mexicas se establecen en Tlatelolco, que significa montón de arena.
En 1428 se aliaron con los acolhuas de Tetzcuco o Texcoco y los otomíes de Tlacopan (hoy Tacuba) y así se dio la Triple Alianza, que se apoderaron de toda la zona lacustre, venciendo a los de Azcapotzalco y declarar enemistad contra las otras tribus de las zonas vecinas, librando guerras por el dominio tanto del Valle como de toda Mesoamérica.
Para el siglo XV los mexicas no habían logrado someter a los Tlaxcaltecas ni a los Cholultecas de Cholollan (Cholula), así como los pobladores de Huejotzingo (cerca de la ciudad de Puebla), los Yopes (en hoy Guerrero), los Tarascos o Purépechas (en Michoacán) y las tribus de Teotitlan (hoy norte de Oaxaca) poblada por la cultura de los zapotecos.
Implementaron las “Guerras Floridas que tenían el único propósito de capturar guerreros para sus sacrificios humanos, diezmando a los pueblos vecinos; aparte de cobrarles impuestos.
Su gran estado o imperio abarcaba, en el oriente lo que hoy es el estado de Veracruz con salida al Golfo de México; al norte los estados actuales de Querétaro, San Luis Potosí y Guanajuato; al occidente hacia el Pacífico, en los estados de Michoacán y Guerrero, al sur la población de mayas.
Tenochtitlan se consolidó con el invento de chinampas o islas artificiales, el uso de siete acalotes (acequias) o canales y el acarreo de agua dulce desde los manantiales de Chapultepec. Los lagos del norte eran salados y se hallaban separados de los del sur por un sistema de diques o albarradas. Al nororiente se encontraba la albarrada que construyó Nezahualcóyotl (Rey de Texcoco y poeta) de 16 kms de largo, que servía para evitar inundaciones. El islote de Tenochtitlan se comunicaba con tierra firme por las calzadas de Tepéyacac al norte, Tlacopac al Este e Iztapalapan al suroriente otro camino llegaba a Coyohuacan (Coyoacán).
Para 1519 gobernaba el huey tlahtoani Moctezuma II Xocoyotzin quien estaba enterado de la predicciones del regreso de Quetzalcóatl para reclamar el reino, por lo que temió este acontecimiento después de que se dieron ocho señales que lo presagiaron:
1) se veía una columna de fuego en el cielo nocturno;
2) inesperadamente surgió un gran incendio en el templo de Huitzilopochtli que no pudo ser apagado con agua, el templo ardió hasta sus cimientos;
3) la caída de un rayo en el templo de Xiuhtecutli sin que le acompañase un trueno;
4) la caída de una columna de fuego, de oriente a occidente, con una cauda brillante y ruido de “cascabeles”;
5) el agua del lago de Texcoco pareció hervir y la ciudad de Tenochtitlan se inundó;
6) Se escuchó el canto fúnebre de una mujer dedicado al pueblo mexica;
7) Se atrapó a un ave extraña en cuyas pupilas se reflejaban hombres que montados en venados sin cuernos, agredían o hacían la guerra; 8) Se dio el nacimiento de personas con deformidades terribles como dos cabezas o bien otro ser pegado en un costado.
En 1519, al saber del arribo de hombres montando animales extraños, Moctezuma envió a informadores que recorrieran todo el imperio; para su espanto se le informó que Quetzalcóatl había pisado tierra firme en la costa de Tabasco, incluso en la zona de Chalchicueyecán (hoy San Juan de Ulúa), los recién llegados hicieron una demostración de su divinidad al disparar sus armas y realizar cabalgatas sobre bestias extrañas. De modo simultáneo el tlahtoani de Ocotelulco (Tlaxcala): Maxixcatzin, también conocía las predicciones del fin del mundo que eran interpretadas a través de fenómenos extraños: al amanecer, tres horas antes de que se viera el sol en el perfil de las montañas, al oriente, se veía una gran claridad como si el sol ya estuviese en el cénit, en la cima de la montaña de la Matlacueye o la Diosa de la Falda Azul –hoy la Malinche- se levantó un extraordinario remolino “en forma de manga” como un cono o cilindro que alcanzó a subir tan alto como si se “clavara” en el cielo. En efecto había llegado la destrucción del imperio Azteca.
Los Tlaxcaltecas se unen a los conquistadores españoles en contra de los mexicas y los derrotan, destruyen todo lo que pueden de las culturas de Mesoamérica que consideran idólatras.
Hay un dicho que reza: “cría cuervos y te sacarán los ojos”. Si te dedicas a enemistarte con tus vecinos, ellos terminarán por aniquilarte, que fue lo que le sucedió a los Aztecas-mexicas. Por el contrario, si te dedicas a ayudar a tus vecinos ellos te ayudarán en lo que puedan. Incluso, es mejor alabar a los que nos rodean que criticarlos a sus espaldas.
Carlos Cas
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