
Pena capital
La pena capital sin duda es una cuestión controvertida y tiene tanto sus partidarios, como sus contrarios. Las regulaciones legales son diferentes en distintas regiones del mundo dependiendo de culturas, religiones y países. Existen organizaciones que globalmente luchan por derechos humanos y la abolición total de la pena de muerte. Sin embargo, también hay personas que quieren legalizarla en sus países. Aunque la guerra en Ucrania sea el tema que concentra la mayoría de nuestra atención, la pena de muerte no desaparece del discurso social.
La realidad que nos rodea se cambia y definitivamente vivimos en el mundo distinto del que teníamos hace cien años. Nuestras sociedades se han cambiado y generalmente la mayoría de los países del este no acepta oficialmente ningún tipo de torturas o penas violentes. El acontecimiento que tuvo mucha influencia en el pensamiento de la gente fue la segunda guerra mundial. Después del horror que llevó la guerra, se necesitaba algo que debería asegurar el respeto a la dignidad humana. La Organización de las Naciones Unidas publicó la Declaración Universal de los Derechos Humanos con el objetivo de garantizar fundamentales derechos humanos que también son el derecho a la vida y el derecho contra las torturas. Años después, la Unión Europea es otra organización que defiende los derechos humanos. Sin embargo, la pena capital no ha desaparecido.
La pena de muerte funciona solo en algunos estados de los Estados Unidos. Parece que por acontecimientos de allí se empiezan muchas discusiones porque entonces se oye argumentos por y contra la pena. Mucha gente dice que hay delitos por los que no se puede castigar do otra manera y la pena de muerte es la única opción. Para un asesino serial o un pedófilo la cadena perpetua no es suficiente. A menudo se toca la cuestión del mantenimiento de prisioneros de nuestros impuestos.
Por otro lado, los activistas de los derechos humanos señalan la irreversibilidad y la brutalidad de la pena capital, que simplemente es antiética. Además, la pena de muerte puede ser un medio de eliminar a la oposición política para la dictadura. También, se menciona datos que muestran la ineficiencia de le pena en forma de prevención de los delitos más graves.
Se oye muchísimo de la pena capital y el sistema de penalización en países musulmanes. Allí el problema es aún más complejo, porque la situación política es aún más complicada. En los países musulmanes el derecho es muy relacionado con la religión y el estadio te puede castigar por motivos religiosos. A veces se castiga una persona por cosas que no serían ningún delito en, por ejemplo, Europa, Los Estados Unidos o Japón. Eso es otro ejemplo que nos muestra la cantidad de problemas que hay que afrontar para cambiar la situación.
En mi opinión, la pena capital debería ser totalmente prohibida. Las organizaciones internacionales ayudan, sin embargo, todavía no es nada fácil de resolver. Es necesario mantener la abolición donde la pena capital ya es prohibida y luchar por la abolición donde todavía hace falta. Los activistas tienen mucho para hacer pero no hay más remedio que luchar con la esperanza de que podamos cambiar algo.
JZ
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