¿Por qué creemos en lo malo y no lo bueno?

Cuando alguien nos molesta saca lo negativo a relucir y esto nos hace dudar acerca de nuestra seguridad por el simple hecho de sentirnos aceptados. Si nos dicen que somos feos, que parecemos vago o damos la pinta de ser malandros nos lo terminamos creyendo. Pero cuando son cosas buenas, nos cuestan trabajao.

Si lo malo que me dicen me tambalea en mi autoconocimiento y en lo que sé que soy… entonces lo bueno también. La famosa frase de mamá que sirve como antídoto ante cualquier bullying es: “si te dicen pingüino ¿eres pingüino?” ¿Acaso lo malo en cuanto nos lo dicen se vuelve real? Si es así, entonces lo bueno también ¿no?

Si me dicen que tengo la fuerza como Hércules, en ese momento me vuelvo Hércules, o nadas como Poseidón, entonces soy Poseidón. Bajo este principio, si lo malo es verdad, entonces lo bueno también.

Pero esto no sucede así, tenemos que trabajar para conseguir cualidades, valores y virtudes para que sean ciertas. Lo mismo pasa con lo malo: vicios. Si alguien nos dice algo positivo o negativo, respira y piensa si eso eres solo porque te lo dicen, si no lo es: tíralo a ti basurero mental. No nos sirve.

En nosotros mismos está el poder de ser quienes somos, de nadie más. Así que “conócete a tí mismo.”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *