Ser gracioso
Cuando una persona hace un chiste o comenta algo que nos hace gracia, es a quien llamamos gracioso, quien rompe la tensión intelectual sacando a la luz un elemento absurdo o no adecuado. Es decir, que lo que hace quien es gracioso es que ejecuta en un tiempo adecuado y de la manera perfecta una acción que nos saca de nosotros mismos para observar la realidad de una manera distinta.
Ser gracioso s el justo medio entre dos opuestos: el rudo y el bufón, para esto Aristóteles hace la siguiente distinción:
«La gracia es también un término medio, y el gracioso se encuentra entre el rudo e intratable y el bufón. En efecto, como en lo referente al alimento el remilgado difiere del voraz en que uno no acepta nada o poco y difícilmente, mientras que el otro lo toma todo fácilmente, así también el rudo con relación al hombre vulgar y bufón.»
El hombre vulgar no acepta nada risible, o difícilmente; el bufón todo, fácilmente y con gusto. Sin embargo, ni lo uno ni lo otro es lo correcto, sino que hay que aceptar unas cosas sí y otras no, y según la razón. Así lo hace el gracioso.
Para Aristóteles ser gracioso es una virtud que tiene una persona, es algo que se cultiva. Incluso lo sabemos, no todos pueden subirse a un escenario ha contar chistes y platicar experiencias graciosas. Unos cuantos tienen esa capacidad, aprendida y perfeccionada, para hacernos reír. Para hacer reír a las personas hay que saber el público al que se dirige y tomar algo en común, sin caer en la vulgaridad, que puede dar gracia aunque no sea la intención, debido a que baja el nivel intelectual del ambiente, sin embargo, no se busca hacer reír con su conducta.
«La gracia es el modo de ser más conveniente, y un modo de ser intermedio es laudable, pero los extremos son censurables. Pero puesto que hay dos clases de donaire -uno consiste en alegrase de una broma incluso dirigida contra uno mismo, si es realmente graciosa, en lo cual entra también la burla, y el otro consiste en el poder inventar tales cosas-, son diferentes uno de otra, pero ambos son términos medios.»
No se trata de ridiculizar al otro y hacerlo quedar mal frente a los demás, como muchos comediantes hacen para hacer reír al público, eso más que comedia es bullying y acoso. El gracioso busca hacer sentir bien a las personas, aunque su chiste sea reir de una cualidad ajena.
Las características del gracioso es su capacidad de «inventar historias que pueden divertir a una persona de buen juicio aun cuando la broma vaya dirigida contra ella misma, estará en un término medio entre el grosero y el indiferente; esta norma es mejor que la que dice que la burla no sea causa de dolor para el que ha sido objeto de ella, quienquiera que sea, porque se debe, más bien, complacer al que está en un justo medio, y ésta es la persona de buen juicio.» (EN. 1234a)
¿Eres gracioso?
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