Ser ser-humano

El jueves 24 de febrero fue un día de dolor. Cuando nos despertamos esta mañana, un mensaje cruel nos golpeó. La guerra empezó en Ucrania. En los días siguientes, los ucranianos comenzaron a huir de su país a Polonia, que inmediatamente les abrió sus fronteras.
Estos fueron tiempos impactantes para todos nosotros. Las estaciones estaban llenas de refugiados ucranianos: ancianos, mujeres, madres con niños, incluso neonatos. Todos tuvieron que huir de su país sumido en la guerra. Todos tuvieron que abandonar sus hogares y todos sus pertenencias. Muchas veces también sus amigos o parientes. Las esposas tuvieron que dejar a sus maridos que no podían salir de Ucrania. Tuvieron que abandonar toda su vida para empezar de cero en un país extranjero sin trabajo, hogar ni conocimiento de idioma polaco. Ni siquiera puedo imaginar lo difícil que debió haber sido esta situación para ellos.
Aquí en Polonia, no teníamos dudas sobre si debíamos ayudar a Ucrania o no. Como polacos, sabemos lo que significa la guerra. Somos descendientes de insurgentes y soldados de la Segunda Guerra Mundial. Nuestros padres crecieron en la Polonia de posguerra. Nuestros abuelos vivieron durante la terrible realidad de la guerra. Casi todas las familias polacas tienen una historia relacionada con la Segunda Guerra Mundial, que continúa hasta el día de hoy, a pesar de que han pasado casi 80 años desde su final. Sabemos lo que significa recuperarse de la guerra y reconstruir nuestro país desde los escombros, y no queremos que ningún otro país lo experimente. Especialmente un país que está tan cerca de nosotros y es nuestro vecino.
En la situación actual, es natural que no solo los ciudadanos ucranianos buscan refugio en Polonia, sino también ciudadanos de prácticamente todos los países del mundo que residen legalmente en Ucrania, incluidos los personas de África, Oriente Medio y Asia, pero también bielorrusos y rusos. Por supuesto, este es un pequeño porcentaje, pero Polonia también tiene fronteras abiertas para ellos. Nuestro país sigue abierto a ayudar a cualquiera que huya de la guerra provocada por Rusia. Nos hemos unido y ayudamos a todos los refugiados que huyen de Ucrania tanto como podemos. Cada polaco hace todo lo que puede por los refugiados, sin importar su raza o religión.
Sin embargo, siempre surgen dudas, sobre todo cuando esta ayuda nos cuesta tanto. Hay personas que están en contra de la ayuda a los ucranianos. No les gusta una cantidad tan grande de refugiados en nuestro país. Tienen miedo de aceptarlos bajo su techo, también temen que los ucranianos les quiten trabajo. Creen que no es justo que los ucranianos puedan usar el transporte público en toda Polonia de forma gratuita, mientras que los polacos no. Sin embargo, la gran mayoría de los polacos simplemente quiere ayudar a las personas que lo necesitan y huyen de los horrores de la guerra.
La situación no es fácil para muchos de nosotros, pero debemos enfrentarla. Aunque experimentamos algunos inconvenientes, no es nada comparado con lo que están pasando los ucranianos en su país. Ahora, como nunca antes, debemos unirnos e intentar ayudar a quienes realmente lo necesitan.
Después de todo, eso es lo que significa ser humano.

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