Verba volant, scripta manent

“Las palabras vuelan, los escritos permanecen” es la clave para un éxito personal, social y laboral. 

Este adagio latino aconseja la circunspección en una situación en la que sería peligroso dejar la prueba material de una opinión, un hecho, etc.: en resumen, nunca dejar escritos. También comprometía a los que escriben a publicar solo obras dignas de sí mismas, ya que sus libros permanecerán como testigos de su inteligencia o talento. 

Cuando buscamos que las personas se comprometan con las cosas, es muy importante dejar los acuerdos por escrito, ya que podemos terminar teniendo una pelea entre lo que se dijo y se entendió. Los acuerdos y contratos por escrito, sellan el honor que en la palabra se concede. 

Pero en la era de Internet, mientras el libro se “desmaterializa”, las palabras y los escritos ya no se comportan como en la época del rey impreso. Todo, hoy en día, deja huellas: tanto los escritos como las palabras, que ya no vuelan. Precaución.

Controlemos nuestras intervenciones en foros, blogs y otros “chats”: que permanezcan como testigos de nuestra inteligencia y talento.

Para esto es importante practicar la prudencia, la capacidad e pensar antes de actuar, de medir los riesgos, ubicar la circunstancia, escuchar consejos, preveer y precaver, antes de escribir.

¿Eres prudente? Mide tus hábitos: https://forms.gle/vMan4fnwsQjZfxV76

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