¿Y si Rusia nos ataca…?
Todo comenzó el 24 de febrero de 2022. Fue un día bastante normal, pero nadie sabía lo que iba a pasar. Pasé casi toda la noche preparándome para el examen, por eso me sentía muy cansada esa mañana. Al ver las noticias me puse a llorar y me dejé llevar por el pánico. De alguna manera intentaba pensar que solo era una pesadilla y la guerra no estalló. La realidad era totalmente diferente. Tenía muchos pensamientos en mi cabeza. ¿ Qué hacer si el ejército ruso va a atacarnos? ¿ A dónde escapar? ¿Qué debería hacer? Los días siguientes pasé enfrente de la televisión viendo las noticias de Ucrania. Por mucho que intentara, no era capaz de imaginarme y sentir el dolor de esa gente. Todo el mundo observaba lo que estaba pasando no solo allí, sino también en Polonia. Mis amigos de Grecia me seguían preguntando por todo, pero se me hacía muy difícil explicar y contarlo todo del principio. Estoy consciente de que los extranjeros no pueden contar con tanta información, ya que viven cientos de
kilómetros de distancia. Tenía mucha curiosidad por lo que pensaba otra gente, fuera de Polonia. Por eso me puse a leer los artículos en las páginas extranjeras para descubrirlo. Leí un artículo sobre esa crisis encontrado en la página web „vozdeamerica”. El autor mencionó el número de la gente que vino a Polonia y las consecuencias de ese fenómeno. En cuanto al apoyo, no se podía decir ni una palabra mala sobre los Polacos, porque ayudaban cada día, preparando la comida, buscando a las estancias etc. En el artículo, también fue presentada una historia de la mujer que escapó de Ucrania con sus hijos, dejando su marido. La gente que trabajaba cerca de la frontera intentaba ayudar tanto como posible, pero a veces, al
ver todas las mujeres con los niños, se le hacía más difícil soportarlo todo. No podría estar más de acuerdo con ese artículo, porque fue la descripción verdadera de nuestra realidad. Durante el tiempo duro, la gente intenta hacer lo más posible para sobrevivir.
Hay que tener en cuenta que la guerra no solo se trata de las acciones militares. La guerra
acarrea las perdidas financieras y, lo más importante, las tragedias de la gente inocente. Respeto a todas las mujeres que son obligadas a abandonar su país sin saber si van a volver allí en el futuro. Además, tienen que cuidar a sus hijos sobre los que la guerra estampará su huella para siempre. No se puede olvidar de los hombres que luchan por su patria cada día. En Ucrania hay mucha gente joven que no escapó, porque no tenía esa posibilidad, por ejemplo nuestros coetáneos. Hace un tiempo hablé con mi amiga y me contó la historia de sus compañeros de Ucrania. Me dijo que al principio de la guerra todos tenían que quedarse en los sótanos, sin la comida ni bebida.
Cada vez que pienso en lo que pasa, me siento como si viviera en una disimulación, pero nada es eterno y el bien siempre vencerá al mal. Sobre todo, a pesar de las tragedias que conlleva la guerra, hay que juntar las fuerzas para apoyar a los que necesitan nuestra ayuda. Vale la pena recordar que el paz no es dado para siempre y tenemos que hacer lo más posible para que dure por los siglos de los siglos.
Karolina Fil
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