CATEDRAL METROPOLITANA DE LA CIUDAD DE MÉXICO

La Catedral Metropolitana es un emblema crucial para la Ciudad de México y es uno de los edificios más hermosos del país. Elegante y un tanto apabullante. Ubicada en el zócalo, junto a Palacio Nacional y el Templo Mayor, en el lado norte de la Plaza de la Constitución, en el Centro Histórico de la Ciudad de México; en el lugar que ocupaba el Templo Mayor azteca. Recorrerla es un placer, siempre despierta la capacidad de admiración. Su advocación está dedicada a la Asunción de María y se dedicó en 1656. Es la sede de la Arquidiócesis Primada de México, es decir, donde el Sr. Obispo da su cátedra, de ahí el nombre de Catedral.

Es testigo de la ruptura entre la gran Tenochtitlán y la Ciudad de México. En el tiempo de la ciudad de Tenochtitlán el área en donde se encuentra la actual catedral estuvo ocupada por un pequeño templo dedicado quizá por el templo de Quetzalcóatl, un templo dedicado al sol o Tonatiuh.

Tomó 240 años en construir, las obras comenzaron en 1573 y concluyeron en 1813. Las medidas aproximadas de este templo son 59 metros de ancho por 128 de largo y una altura de 60 metros hasta la cúpula, lo que la convierte en la mayor catedral el continente y una de las obras más sobresalientes del arte hispanoamericano. Fue construida, según los planos del arquitecto español Claudio de Arciniega que se inspiró en catedrales españolas.

  • Se estructura: planta basilical, cinco naves, crucero, cúpula y 16 capillas laterales.
  • Su estilo: Gótico, Plateresco, Barroco, Estípite (columna piramidal invertida), Neoclásico.
  • Orientación: Norte-sur.
  • Materiales: Cantera. Cúpula de tambor octagonal con dos torres.

Hubo una primera Catedral con las piedras del destruido templo del dios Huitzilopochtli. El arquitecto Martín de Sepúlveda fue el primer director del proyecto entre 1524 y 1532, mientras que Juan de Zumárraga fue el primer obispo, este templo pronto fue considerado insuficiente por la creciente importancia de la capital de la
Nueva España.

La segunda Catedral se decidió en 1544 más suntuosa, que comenzó a construirse en 1573. Las torres de la catedral se construyeron entre 1787 y 1791. Tienen una altura entre 64 y 67 metros. Rematan ambas en forma de campana. El campanario tiene en total 30 campanas, y cada una tiene un nombre. La más grande se llama Santa María de Guadalupe y fue fundida en 1791. La más antigua se llama Santa María de la Asunción y
fue fundida en 1578. Las campanas de la catedral han marcado momentos importantes en la historia del país: En 1692 su repique convocó al pueblo a formar parte del rescate del Parián (mercado que se quemó). En 1821 fueron testigo y parte en la entrada triunfal de la independencia, del Ejército Trigarante el 27 de septiembre. El 21 de julio de 1822 repicaron en la coronación de Agustín de Iturbide, realizada en esta misma Catedral y doblaron tanto en su fallecimiento como al colocarse sus restos en la capilla de San Felipe de Jesús. El 14 de septiembre de 1847 convocaron a la defensa de la Ciudad de México ante la invasión estadounidense. El 15 de septiembre de 1910 marcaron el inicio de las festividades del centenario de la Independencia nacional.

La construcción tardó más de 240 años por lo que la arquitectura muestra diversos estilos como el herreriano, barroco y churrigueresco. Una de las partes más notables es la fachada del Sagrario decorada en estilo churrigueresco.

De la entrada principal, sobresalen tres magníficas estatuas del escultor Manuel Tolsá que representan la Fe, la Esperanza y la Caridad. La Fe sostiene una cruz, la Esperanza un ancla y la Caridad a dos niños. En el terremoto del 19 de septiembre de 2017 se cayó la esperanza y se destruyó, por lo que se decidió quitar las antiguas estatuas restantes de Caridad y Fe, para conservarlas como piezas de museo y poner en su lugar unas réplicas,
ya que se tiene que hacer la Esperanza para reemplazar la que se destruyó.

Esta situación puede hacernos reflexionar acerca de que la estatua que se destruyó fue la Esperanza y dicen que la esperanza es lo último que muere, sin embargo tanto la fe de una persona y su esperanza mueren cuando muere la persona, pero la caridad que esa persona hizo a otros, nunca muere, permanecen las consecuencias de todos esos actos hasta el fin del mundo. Por eso la caridad que nosotros hacemos el la mejor y más alta virtud o acto que una persona puede hacer, incluso por encima de la esperanza o la fe.

En el interior podemos encontrar lo siguiente:

  • Altar del perdón: Llamado así por ser el lugar donde los fieles piden perdón. El retablo es obra de Jerónimo de Balbás (1735), de estilo churrigueresco, cubierto con hoja de oro.
  • Altar de los reyes: También creado por Jerónimo de Balbás, autor del Altar del Perdón y del Altar Mayor de la Catedral de Sevilla, entre otros. Es considerada la obra maestra del autor y una de las obras cumbre del estilo churrigueresco español. La talla fue realizada en maderas preciosas policromadas revestidas con lámina de oro y adornada con óleos referentes a la Asunción de La Virgen y la Adoración de los Reyes del pintor Juan Rodríguez Juárez. Mide 25 mts de altura por 13 mts de ancho. Se localiza al fondo de la nave central de la Catedral.
  • El Coro: Magnífica talla de 1695 dirigida por el maestro Juan de Rojas, consta de dos niveles y la sillería tiene figuras talladas en medio relieve con figuras de obispos y santos.
  • La Sacristía: Es el espacio más antiguo de la Catedral, data de 1626 y es donde se celebraban los oficios. En su interior hay magníficos cuadros de los pintores Cristóbal de Villalpando, Juan Correa y Bartolomé Esteban Murillo.
  • Las Criptas: Debajo del Altar de los Reyes se encuentra la cripta principal que alberga los restos de los arzobispos, desde Fray Juan de Zumárraga hasta el Cardenal Ernesto Corripio y Ahumada, cuyos restos fueron depositados en abril de 2008.
  • Capillas laterales: Son 16 capillas dedicadas a Nuestra Señora de las Angustias de Granada; a San Isidro, popularmente conocida como la capilla del Santo Cristo Negro, Señor del Veneno; a la Inmaculada Concepción; a Nuestra Señora de Guadalupe; a Nuestra Señora de La Antigua; a San Pedro; al Santo Cristo de las Reliquias que contiene el Cristo de los Conquistadores; a San Felipe de Jesús (donde descansan los restos del emperador Agustín de Iturbide y el corazón de Anastasio Bustamante); a Nuestra Señora de los Dolores, al Señor del Buen Despacho; a la Virgen de la Soledad, santa patrona de los albañiles y obreros que participaron en la construcción de la catedral; a San José; San Cosme y San Damián; a los ángeles y a las ánimas. Los arzobispos descansan en paz en el sótano.

Carlos Cas

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