
Sé Midas
En la situación en la que nos encontramos, con las posibilidades que tenemos, las acciones que hacemos y lo que buscamos nos determinan para actuar de cierta manera esperada. Pero no nos llegan a llenar del todo, ya que buscamos entretener, agradar y rendir cuentas a todos los demás y no a nosotros mismos. ¿Qué se puede dar, si todo ya lo entregamos?
El rey Midas, hijo de Grodinas, un campesino que había llegado al trono de Frigia por voluntad de los dioses, creció obsesionado por las riquezas. Por ello, cuando Dionisio (Baco), le ofreció un deseo por haber ayudado a Sileno, su compañero sátiro y borrachín, Midas le pidió que todo lo que tocase se convirtiese en oro. Todo iba bien hasta que sintió hambre. Cuando le trajeron comida ésta se convirtió también en oro… lo mismo sucedió con el vino, y tras el mismo resultado, Midas, espantado, le pidió a Dioniso que lo ayudase.
El rey Midas de Frigia era muy ambicioso, un día decidió pedirle a los dioses que le concedieran lo que tanto quería: que todo lo que toque lo vuelva oro. Su ambición y poca visión lo limitaron a tener un gran poder y lo volvió un capricho. Si solo hubiera tenido una visión global de las cosas hablaríamos de su grandeza…
Nosotros tenemos la misma maldición o ventaja, todo aquello que hacemos, tocamos o entramos en contacto con ello le dejamos nuestra huella. Las cosas, personas e ideas ya no son las mismas después de tocarlas: nuestro trabajo, familia, amigos, etc. Los dejamos marcados ya sea con oro o con cicatricez.
Todo lo que hacemos deja una huella, sea buena o mala marcamos todo lo que hay y dejamos lo que somos: caminar, escribir, pensar, hablar, etc. Es nuestra maldición o bendición en cada aspecto de nuestra vida. Las cosas que hacemos nos muestran lo que realmente somos y valoramos, dejamos una parte de nosotros. Si pudieras transformarlo todo en oro ¿Cómo transformas tu entorno?
Leslie Elizabeth Bustos Guajardo
El mundo esta cambiando y conforme pasa el tiempo y vemos atrás etapas, momentos o amigos, nos damos cuenta de que ya llevamos un camino recorrido, pero como siempre nos preguntamos a donde vamos, no nos hacemos consciente de eso y vivimos en el futuro , sin disfrutar el presente, por lo cual vivimos en un mundo imaginativo solo en nuestra mente, es necesario despertar y darse cuenta que parte de trascender y saber a donde vamos es convivir y dejar huella en los demás como seguramente ellos lo harán con nosotros, en un momento a otro se va pasando la vida, y al final nos quedaremos con recuerdos, cada uno sabrá que tipo de recuerdos construye , ya que en nuestra vejez estarán muy presentes hasta el fin de los días.