Situación en Polonia respecto a la acogida de refugiados ucranianos

Últimamente, en medios de comunicación de todo el mundo, se dice más que nunca sobre Polonia. Todo esto está pasando, por supuesto, en relación con la guerra que se estalló a mediados de febrero en Ucrania. La guerra que, desafortunadamente, a pesar de varios señales, nos sorprendió y de repente nos puso en una situación que requería de todos nosotros una reacción rápida y decisiva.
Lo más raro en todo eso, en mi opinión, es la respuesta de la gente al miedo e inquietud: en vez de paralizarnos, parece que estas emociones negativas nos despertaron y abrieron nuestros ojos a lo que es de verdad importante en la vida. Y así, siguiendo esta línea de pensamiento, se empezó la acción de solidaridad con los ucranianos: en todo el país aparecieron las banderas ucranianas para mostrar a todos los refugiados que aquí pueden buscar ayuda. Miles de los polacos abrieron su puerta a la gente desconocida sin querer recibir nada a cambio. A pesar de que, por supuesto, no todos reaccionaran tan ejemplar, parece obligatorio apreciar el valor y hospitalidad de las personas que decidieron a cambiar diametralmente sus vidas solamente para ayudar.

Es también muy edificante ver que las acciones de la gente normal pueden influir las decisiones del gobierno. La fuerza con la que la gente polaca estaba lista de ayudar y la unidad que ha mostrado, ha convertido nuestro país en el que ha recibido la mayor cantidad de los refugiados. Siguiendo las acciones de los ciudadanos, el gobierno puso en marcha varios programas sociales con el fin de hacer más fácil para los ucranianos cruzar la frontera, y después encontrar un piso o un trabajo para intentar a empezar una vida normal.

No obstante, con el tiempo la situación está cambiando. Parece que la gente empieza a estar un poco cansada de compartir sus pisos y de pensar todo el tiempo en la guerra. También debido a, más bien, patriótico enfoque de muchos polacos, crece irritación relacionada con la presencia de las banderas o de la lengua ucraniana en todas las partes. Además, no ayudan en resolver este problema las decisiones del gobierno que, aunque probablemente motivados por buenos motivos, desafortunadamente causan aún más aversión. A muchas personas les molestan, por ejemplo, los subsidios sociales para los ucranianos, debido a la situación económica en la que se encuentra hoy nuestro país.

Por otro lado, se cambia también el enfoque de los ucranianos: muchos de ellos, motivados por el desarrollo del conflicto, deciden volver a su país para luchar o para ayudar a los soldados. Otros, simplemente por la añoranza y el deseo de vivir en su propia casa,
retornan a su país, y desde allí apoyan a sus paisanos. Ambos enfoques son la prueba de una extraordinaria capacidad de sacrificio en defensa de la patria.

No es posible predecir lo que nos espera en el futuro: quizá se acabara la guerra, quizá se desarrollara. Así que está cuestión está en manos de los gobernantes, nosotros, tan polacos como ucranianos, deberíamos hacer todo lo posible para llevarse bien con los demás. Nos queda apreciar las accionas que ha tomado la gente para mostrar su apoyo. La guerra saca lo peor de la gente, y aunque no ha pasado todavía tanto tiempo, me da mucho orgullo la generosidad y la indulgencia de mis paisanos. Estos valores son unos con los que la gente polaca ha convertido la situación tan desesperante, en una un poco más aceptable para los que han sufrido por la culpa de la guerra.
Jakub Nierubca

Comments

  • andres

    well i agree with u cause the circumstances you living makes it more ethical

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